En Chile los trastornos de la conducta alimentaria están subdiagnosticados. Es por esto que una detección precoz es fundamental para un adecuado tratamiento. El diagnostico de estos suele establecerse en una etapa avanzada de la enfermedad, por ende, la intervención se vuelve más compleja, aumentando el tiempo de tratamiento. Sumado a esto se genera la aparición de otras condiciones clínicas asociadas, como son las afecciones gastrointestinales, problemas de crecimiento, carencias nutricionales, tales como; anemia por deficiencia de hierro o vitamina b12, alopecia, escorbuto, queilosis, depleción proteica, entre otros.

Si bien los trastornos de la conducta alimentaria suelen presentarse con mayor frecuencia en el sexo femenino en el rango de edad de entre los 12 a 24 años, actualmente ha incrementado el diagnostico en la población de sexo masculino, así como también en la población adulto juvenil.

¿Cuándo es necesario realizar una derivación al profesional de la Nutrición?

Las y los niña/os menores suelen presentar conductas restrictivas o selectivas respecto a la alimentación. Esto se da usualmente porque sus tutores presentaron inconvenientes en el proceso de transición a la alimentación complementaria, al sexto mes de vida del lactante, sobre todo si uno de ellos presenta algún trastorno de ansiedad, depresión o bien un trastorno de la conducta alimentaria propiamente tal. Las típicas conductas son: preferencia de un tipo de alimentos, conflicto al momento incorporar un nuevo alimento, con llantos, gritos y arcadas. Actualmente existen diferentes estrategias para facilitar este proceso, como el método baby led weaning (destete llevado por el bebé).

En la adolescencia los trastornos de la conducta alimentaria suelen presentarse con un diagnóstico previo de depresión, asociado además a la presión social, estereotipos, entre otros. La anorexia y la bulimia nerviosa son los trastornos alimentarios más frecuentes en este rango etario. Es importante brindar una adecuada alimentación, debido a que los y las adolescente aún están en un proceso de crecimiento. Por lo que se debe priorizar la ingesta adecuada de nutrientes críticos para su edad, como el calcio, hierro, proteínas, etc.

El motivo de consulta más frecuente en la atención nutricional es principalmente la malnutrición por exceso, ya sea sobre peso u obesidad, pero éstas siempre van acompañadas de trastornos de ansiedad. Por lo cual resulta muy compleja la intervención nutricional si no está presente el tratamiento psicológico o psiquiátrico, según cada caso. En la población adulta joven las complicaciones clínicas asociadas son principalmente afecciones gastrointestinales, como el síndrome de intestino irritable, ulcera gástrica, estreñimiento, alteraciones en el sueño, entre otros.

Dicho lo anterior es importante que se realice una derivación oportuna para contrarrestar complicaciones clínicas asociadas de nuestras y nuestros usuarios.

Leandra Cáceres Carriel
Nutricionista
Centro de Terapia del Comportamiento

Centro de Terapia del Comportamiento