Las emociones están íntimamente ligadas a nuestro desarrollo como especie y se localizan predominantemente en lo que se conoce como Sistema Límbico. Este sistema se encuentra al interior del cerebro, en lo que se denomina paleocorteza, se trata de una serie de estructuras cerebrales de mucha antigüedad y que compartimos con los mamíferos superiores. Las emociones son nuestra herencia de aquellos primeros habitantes de la Tierra (filogenia), donde la ira, la rabia y el enojo son unas de las emociones que han acompañado al ser humano en parte de toda su existencia.

El mal humor es algo visible hoy en día, tanto en hombres como en mujeres, vemos a diario, como personas explotan de rabia ante situaciones cotidianas de sus vidas de distintas maneras, con insultos, descalificaciones o incluso llegando en casos más severos a la agresión física. En niños existen las pataletas, pero a veces estas solo son momentáneas y parte de un período que no se vuelve a repetir, y que no reflejan necesariamente que el niño o niña esté cursando por algún tipo de problema psicológico.

Son muchas las razones por las cuales las personas experimentan ira o enojo, algunas de ellas es que hoy en día el individualismo, lo instantáneo, lo desechable y la realidad virtual crean la ilusión de que podemos tener todo al alcance con un simple clic, y esto aumenta nuestras sensaciones de frustración en la realidad, haciéndonos propensos a sentir rabia y enojo por aquello que no logramos. También, el vivir en un contexto cargado de situaciones de violencia incide en como aprendemos a resolver los conflictos, por lo tanto, si estas experiencias se van incorporando desde que somos pequeños, se va volviendo un rasgo enraizado, que lo encontramos enquistado en lo profundo de nuestros ser. Percibimos que nos cuesta hablar de ello, por miedo a la sanción, la vergüenza, o bien, porque no encontramos como explicar nuestra conducta.

La terapia psicológica busca visibilizar el síntoma o problema y analizarlo en su contexto, sin juicios, para esto se utilizan diversas técnicas las cuales tienen una demostrada efectividad. Los padres también pueden aprender técnicas para el manejo de pataletas en sus hijos, si es que estas fueran persistentes en el tiempo.

Cada paciente es distinto, aunque se repitan los motivos por cuales consulta o las explicaciones que da a su comportamiento, por lo tanto, las explicaciones a los sentimientos pueden tener muy variadas explicaciones. En casos graves es necesaria la consulta a otro especialista como un psiquiatra, está demostrado que tratamientos tanto psicológico como psiquiátrico funcionan mejor conjuntamente. Es importante señalar que este tipo de problemas tiene solución, si es que existe voluntad y persistencia del consultante en el proceso terapéutico.

Ignacio Vega Nelson
Psicólogo Clínico
Sucursal Providencia y Terapia Online

Centro de Terapia del Comportamiento