El Trastorno de Estrés Postraumático Complejo es aquel que aparece producto de traumas repetidos desde la infancia. Un porcentaje alto de los niños sufre trauma en la infancia, la mayoría de las veces, este se da al interior del hogar, por unos padres más fríos, pero que puede repetirse y agravarse por circunstancias externas, como profesores exigentes, poco empáticos, y todas aquellas formas de violencia que ya conocemos.

Muchos pacientes han sufrido traumas que perduran en el tiempo, pero ¿Qué son los traumas?, alguno podría pensar que son aquellos donde corre riesgo la vida de la persona, o su integridad como el abuso sexual o la violencia intrafamiliar física, o psicológica. Sin embargo trauma es todo aquello que menoscaba la dignidad de la persona, por lo tanto podría darse en el niño que sufre bullying en el colegio, aunque este no sea grave a los ojos del colegio o de los apoderados, el niño que no es acogido por sus padres en sus emociones, el niño cuyos padres son fríos emocionalmente, menos validadores de sus emociones, pero que al mismo tiempo están orgullosos de él porque es buen alumno y nunca da problemas. El trauma no solo se da en la infancia, también puede aparecer en la persona que está en una relación de pareja tóxica, en una relación de menoscabo con el jefe o los compañeros, que sufre múltiples abandonos, incluido el de sus propios hijos. Se da en aquellas situaciones donde no hay salida, donde el victimario debiera acoger a la víctima, no maltratarla.

El trauma se vive en 2 tiempos, en primera instancia cuando se produce el hecho concreto (por ejemplo un abuso o un asalto), y un segundo tiempo en que aquellas personas que debiera proteger y cuidar a la víctima, cuando esta lo devela, no lo hacen en lo emocional y en la acción, no la validan. La victima vive esto, como es lógico, perpleja y con mucha frustración, porque no recibe el apoyo que requiere, muy por el contrario es degradada, no creída, ensuciada.

La persona con trauma complejo se caracteriza por cambios de ánimo repentinos, en que no logra manejar sus emociones negativas, como la ira, la angustia, la tristeza, que evita las relaciones interpersonales, es desconfiada con las demás personas, por lo tanto son personas de pocos amigos, y que en general no le cuentan a nadie sus cosas, suelen tener autoestima baja, suelen culparse, sentirse poca cosa (porque así es como el victimario les ha hecho sentir), lo que las lleva a un sentimiento crónico de vacío.

Estas personas suelen ser poco acogidas por los demás, porque son serias, desconfiadas, temerosas, siempre están alerta, son inestables emocionalmente. Para paliar su sufrimiento, que no relatan, buscarán cualquier forma de aliviarlo, como las adicciones, u otras conductas de riesgo, y muchas de ellas consultarán por crisis de angustia, depresión, entre otros. Si logran una relación de confianza con el terapeuta, este descubrirá que llevan años sufriendo la re experimentación de sus vivencias traumáticas, y que viven atemorizadas.

¿Por qué es tan importante que terapeutas, pacientes, y sus familias observen y más que juzgar, alivien a la persona? Porque viven en un gran sufrimiento diario, y tienen mucho más riesgo de adicciones, suicidio, y otros trastornos mentales. Por lo tanto es clave preguntar por trauma de infancia y siempre acoger.

Catalina Williams De Toro
Psiquiatra Adulto
Terapia Online

Centro de Terapia del Comportamiento